Resum

Introducción y objetivos: La profilaxis postexposición (PPE) ha demostrado reducir la incidencia de nuevas infecciones por VIH. La población adolescente constituye una población de riesgo, y sin embargo, existen escasos estudios que incluyan niños y jóvenes. Este estudio describe las indicaciones de PPE en menores de 24 años, las características epidemiológicas, los tratamientos empleados y su tolerancia. Métodos: Estudio observacional retrospectivo en un hospital terciario. Se incluyeron todos los pacientes menores de 24 años atendidos por contactos de riesgo durante un periodo de 10 años (2011-2020). Resultados: A lo largo del periodo de estudio se atendieron 339 pacientes, 57% mujeres, con una media de edad de 15 años (SD 6.9). Se objetivó una tendencia temporal ascendente (Figura 1). Un 25% eran menores de 12 años (71.5 % mujeres), 18% entre 12-16 años (87% mujeres) y 57% entre 16-24 años (43% mujeres). Un 96% correspondían a contactos sexuales se riesgo (59% no consentidos, 83% un único contacto) y un 4% a pinchazos accidentales. El tipo de contacto sexual más frecuente fue la penetración vaginal (47%) seguida por la penetración anal (35%). Se indicó PPE en un 17% de los menores de 12 años, 57% entre 12-16 años y 72% entre 16-24 años. La pauta de PPE más empleada (77%) fue TDF/FTC+Raltegravir, seguido de Lopinavir/r+ AZT/3TC. Hubo un 6% de pacientes reincidentes. La adherencia en los pacientes con datos de seguimiento fue del 96%, pero un 16% presentaron efectos secundarios. Durante el seguimiento no hubo ningún caso de infección por VIH. Conclusiones: La consulta tras contactos sexuales de riesgo presenta una tendencia ascendente entre los jóvenes, muy significativa entre los menores de 18 años. Mientras que entre los 18-24 años predominan los varones, por debajo de 18 años se trata fundamentalmente de mujeres. Un 60% de los casos corresponden a relaciones no consentidas. Encontramos menores tasas de inicio de PPE en niños y adolescentes, que tienden a consultar pasadas 72 horas. Aunque lo efectos secundarios son frecuentes, la adherencia al tratamiento es buena, y no se registraron nuevas infecciones por el VIH.