Resum
Han pasado cuatro décadas desde los primeros casos de sida y los médicos que comenzaban su carrera en los años 80 y 90 del pasado siglo están llegando a la edad de jubilación. Ellos y ellas vivieron la pandemia desde el inicio, cuando poco tenían que ofrecer a sus pacientes, que se les morían en los brazos. Fueron creciendo y aprendiendo del VIH sobre la marcha. Ahora, una nueva generación tiene que tomar el testigo y continuar abriendo nuevas líneas de trabajo que permitan conocer mejor al virus, mejorar los tratamientos y llegar, incluso, a encontrar una cura funcional o la ansiada vacuna. Así se está viviendo este relevo generacional en nuestro país.