Ahora, en época de recortes, he visto cómo se han reducido las horas lectivas en las escuelas, los horarios de atención en el ámbito sanitario, el número y/o cuantía de subvenciones... Parece que todo se recorta pero la única algo que todavía no han conseguido recortar es la ilusión de seguir desarrollando proyectos, seguir luchando por la promoción de la salud.
Así pues, pese a la época de recortes, en SIDA STUDI seguimos impartiendo talleres de promoción de la salud sexual en los diferentes centros educativos de la provincia de Barcelona y me satisface ver cómo seguimos obteniendo los mismos buenos resultados que en los últimos años.
Gracias a nuestra política de evaluación de las intervenciones, disponemos de datos referentes a las prácticas y conocimientos que tienen los y las jóvenes antes de iniciar nuestros talleres y sabemos, por ejemplo, que un 23% de los/las chicos/as de 2º ciclo de la ESO ya han mantenido relaciones sexuales que incluyen la penetración y en bachillerato y ciclos formativos de grado medio, esta cifra aumenta hasta el 53%.
Pero también hemos observado como después de nuestra intervención, los/las jóvenes reducen en un 50% sus prácticas sexuales desprotegidas, y también cómo han desmitificado muchos aspectos relacionados con la salud sexual, sus percepciones y sus prejuicios hacia las personas con VIH y la transmisión de la infección. Así, por ejemplo, ahora un 30% más de los chicos y chicas saben que la marcha atrás no es un método preventivo eficaz ante un posible embarazo y un 15% varían su percepción sobre el concepto de sexualidad, siendo este más amplio y no centrado únicamente en la penetración vaginal. Todos estos resultados y muchos más se pueden consultar en el informe publicado en nuestra página web .
Sin duda habrá personas que destaquen, escandalizadas, cuantos/as chicos/as ya han iniciado prácticas sexuales que incluyen la penetración. Otros optarán por elegir como dato más destacado el alto porcentaje de reducción en las prácticas sexuales desprotegidas, pero para mí, la más significativa es el cambio en los conocimientos y percepciones de los/las jóvenes.
Si entendemos los conocimientos como aquella información que se aplica en la práctica y permite desarrollar habilidades para que los y las jóvenes mejoren su salud sexual, lo que se produce, pues, es un cambio en la capacitación de los/las jóvenes después de haber realizado la intervención.
Es esta mejora en sus conocimientos lo que posibilita reducir sus prácticas desprotegidas, conocimientos que pueden hacer reflexionar a los/las adolescentes que aún no se han iniciado en las prácticas sexuales que incluyen la penetración como quieren que sea su "primera vez". Conocimientos que les hacen valorar que hay otras prácticas sexuales y que no siempre tenemos que terminar en la penetración. Conocimientos que hacen que se reduzcan los mitos sexuales y que pueden acabar con la discriminación de las personas con VIH. Conocimientos que pueden evitar un posible embarazo o una infección de transmisión sexual, incluido el VIH. Conocimientos que te pueden permitir negociar el uso del preservativo, negociar cómo quieres que sea tu práctica sexual y disfrutar más de tu sexualidad buscando el placer. En definitiva, son todos estos conocimientos los que nos hacen un poco más libres.
Por otra parte, cabe destacar también el trabajo realizado por la educadora y el educador en las intervenciones. Si son capaces de conseguir captar la atención de los/las jóvenes, hacerles reflexionar y capacitarles es gracias también a sus conocimientos adquiridos, a la formación que tienen, a la constante búsqueda de material para realizar su trabajo, a las reuniones de equipo y a la evaluación constante de sus intervenciones. Todo ello, también les aporta un mayor conocimiento que transmiten a los/las jóvenes.
La información es poder. Es importante compartirla y difundirla para prevenir la ignorancia y los posibles problemas derivados del desconocimiento o la desinformación, para elegir qué quieres hacer, como lo quieres hacer, cuándo y porqué. Cuanto más conocimiento tienes como persona, más libre te sientes para poder tomar decisiones, puedes elegir cómo quieres que sea tu salud y cómo quieres vivir algo tan personal como es tu sexualidad.
Los conocimientos, pues, son los que nos hacen llevar un estilo de vida más saludable, los que nos permiten sentirnos más libres a la hora de decidir qué, cómo, cuándo y por qué elegimos algo. Por lo tanto, hay que seguir trabajando en la promoción de la salud sexual y su constante evaluación, mejorando los programas, las intervenciones, el acceso a la información, en definitiva, seguir capacitando a los/las jóvenes para que puedan elegir y decidir sobre su vida sexual.