Resumen
El derecho a la protección de la salud y su forma operativa desde la perspectiva de la respuesta de los servicios de salud (Federal, Actualizada al 29 de julio de 2016), son dentro del Plan Nacional de Desarrollo 2013–2018 (Gobierno de la República, 2014), el eje prioritario para el mejoramiento de la salud, a través de la promoción, la prevención de las enfermedades y la atención de la salud, siempre con perspectiva de género, de inclusión, apegado a criterios éticos y respondiendo al mosaico multicultural que caracteriza al país. De forma práctica, este derecho a la protección de la salud implica la posibilidad que tiene cada individuo de hacer uso de los servicios de salud y de recibir atención de calidad cuando lo requiere, en forma oportuna, adecuada y accesible en forma efectiva, así como al reparto, acceso o posibilidad de uso de los recursos materiales y sociales, como tal. El concepto de Violencia Estructural es aplicable en aquellas situaciones en las que existen factores externos que determinan condiciones frente a los cuales a las personas afectadas les resulta difícil incidir. El objetivo de este documento es explorar si existe alguna barrera estructural que limite el reparto, acceso o posibilidad de uso de los recursos de salud para un grupo específico de la población, las clickas (pandillas), partiendo del acceso a las unidades de
salud, al trato que reciben por el personal, y de la información que se les proporciona, en base a perfiles conocidos en entorno de una sexualidad más activa, más temprana, con mayor número de parejas íntimas y con diversidad de contactos que se suman a la violencia y el empleo de drogas. (Dirección General de Prevención del Delito y Participación Ciudadana, 2011).
Los resultados muestran que para hacer efectivo el Derecho Constitucional, así como responder a los compromisos internacionales, y poder brindar respuestas integrales y efectivas, no solo es importante que haya programas y servicios dirigidos a estos grupos poblacionales, sino que también ocurran cambios en otros contextos, sociales, políticos, económicos, legislativos, culturales, en el medio ambiente y, en el sistema en su conjunto, ya que mientras persista el estigma, la discriminación, la exclusión y marginación de este y otros grupos sociales; la pobreza, y la violencia estén presentes en una gran variedad de manifestaciones, mientras haya obstáculos para su acceso a los servicios de salud y la atención por el personal de salud sea limitada u omitida, se seguirá incrementando la vulnerabilidad de estas poblaciones, poniéndolas en mayor riesgo de enfermedades, y arriesgando la paz y la salud de la sociedad en general, además de que se incrementa el costo de los servicios y las brechas de la inequidad y desigualdad se ensanchan. (CONAPRED, 11 de junio del 2003).