Resumen
La salud y el bienestar de las personas y las comunidades están profundamente determinados
por una compleja interacción de los contextos y las condiciones en que viven. Estos contextos
y condiciones que influyen en nuestra salud son los determinantes sociales y estructurales de
la salud, factores no médicos que influyen en los resultados sanitarios. Estos determinantes
incluyen las condiciones en que las personas nacen, crecen, trabajan, viven y envejecen, y el
conjunto más amplio de fuerzas y sistemas que configuran las condiciones de la vida
cotidiana. Nuestros estilos de vida y nuestros comportamientos también pueden favorecer o
poner en riesgo la salud: estos son los determinantes conductuales de la salud, los cuales
están influenciados por factores individuales, como la genética y la personalidad, así como
también por las condiciones sociales y estructurales en las que una persona vive. Las
condiciones sociales y estructurales pueden variar substancialmente entre individuos y
comunidades. La exposición a diferentes condiciones y contextos puede dar lugar a profundas
disparidades en la salud. Al abordar estos determinantes, podemos promover la equidad en
salud y crear condiciones que permitan a todas las personas llevar una vida sana y plena.
Esta tesis investiga determinantes sociales, estructurales y conductuales de la salud en cinco
estudios que abarcan el VIH, las infecciones de transmisión sexual (ITS) y la salud mental
durante la pandemia COVID-19. Estos estudios aportan evidencia cuantitativa del papel de
distintos aspectos sociales y conductuales en la determinación de los resultados
epidemiológicos y de salud pública. Se examinan factores, a nivel micro y macro, que
contribuyen a la generación desigualdades en salud, identificando posibles ámbitos de
intervención para promover la salud y la equidad sanitaria. El primer estudio examina los determinantes sociales y conductuales de la sífilis en la
población de hombres que tienen sexo con hombres (HSH) en 31 países europeos. El estudio
evidencia la contribución de los factores sociales y conductuales en el aumento de los
diagnósticos de sífilis en Europa, como las prácticas de cribado de ITS, el número de parejas
sexuales (particularmente relaciones sexuales anales sin preservativo con parejas no estables),
la participación en el trabajo sexual y el uso de profilaxis preexposición (PrEP). El estudio
identifica el refuerzo del cribado periódico como un potencial área clave de intervención para
el control de la sífilis y su viabilidad de implementación en las directrices clínicas de la PrEP. El segundo estudio ofrece información metodológica sobre un determinante conductual clave
de las tasas de transmisión del VIH e ITS: el número de parejas sexuales. El estudio ofrece
ideas para diseñar encuestas de comportamiento sexual que midan con precisión el número de
parejas sexuales entre los HSH y comprendan los sesgos asociados a enfoques alternativos.
Los resultados proporcionan, en primer lugar, una base empírica para convertir los datos
sobre el número de parejas sexuales medidos con una variable ordinal con rangos en una
variable continua de escala. En segundo lugar, aporta pruebas sobre la distribución y
agrupación de las respuestas sobre el número de parejas sexuales, mostrando que algunos
individuos declaran un número elevado de parejas por encima de los valores de corte
habituales utilizados en las encuestas.
El tercer estudio investiga el estigma y la discriminación asociados al VIH, sus determinantes
sociodemográficos y su impacto en la realización de pruebas del VIH en 64 países de
ingresos bajos y medios. Los resultados revelan la amplia prevalencia de la estigmatización
asociada al VIH, aunque con distintos grados según el país. Los resultados muestran un
gradiente social en el mantenimiento de actitudes estigmatizantes, así como una asociación
entre el estigma y una menor realización de las pruebas del VIH, lo que pone de relieve la
necesidad de intervenciones específicas para eliminar el estigma con el fin de mejorar la
calidad de vida de las personas con VIH y como medio para la eliminación del VIH.
El cuarto estudio evalúa el impacto de las guías nacionales de práctica clínica de tratamiento
del VIH como determinante estructural de los resultados del VIH en 37 países de Europa y
Asia Central. El estudio demuestra los beneficios a nivel poblacional de la aplicación de las
directrices de terapia antirretroviral (TAR) de "prueba y tratamiento" (‘test-and-treat’), que
recomiendan el inicio de la TAR tras el diagnóstico independientemente del recuento de
células CD4, mejorando el acceso a la TAR y la supresión vírica y reduciendo la transmisión
del VIH, reforzando la evidencia de que el inicio rápido del tratamiento ayuda a frenar la
propagación del VIH.
Por último, el quinto estudio investiga el papel de los sistemas nacionales de protección
social y las medidas tomadas en respuesta a la pandemia en el estado de la salud mental